Fin del mito: Te contamos toda la verdad sobre si la Bombonera la construyó un militar con plata del estado.
Agustín Pedro Justo, presidente de Argentina entre febrero de 1932 y el mismo mes de 1938, nunca supo de fútbol ni tuvo interés en ese deporte como tal. Sin embargo, su presencia cada fin de semana en los estadios, sobre todo en el de Boca, se hizo habitual.
Era algo calculado, porque entendió que el fútbol era un arma poderosa en una época turbulenta y que le podía ayudar mucho en su presidencia, ejercida desde su domicilio en el 2146 de la calle Federico Lacroze.
Mucho tuvo que ver en ello su amistad con el uruguayo Natalio Botana, amigo de Lorca, Ortega y Gasset o Neruda y todo un experto en las calles de Buenos de Aires y las sensaciones de las masas.
Cabeza pensante del golpe militar de septiembre de 1930. La historia de Agustín P. Justo quedó siempre ligada a la de Boca, club que colocó tras su muerte un busto suyo en la biblioteca de su sede social.
Su yerno, Eduardo Sánchez Terreno, Bostero desde niño, le acercó a los círculos de poder del equipo del Riachuelo.
Boca quería un campo nuevo, más tras ver que lo tenía River, mas la idea tomó cuerpo cuando el mandato de Justo tocaba a su fin.
Los plazos se acababan, pero a principios de febrero de 1938, dos semanas antes de que la banda presidencial pasara el día 20 a Roberto Marcelino Ortiz (ganador de las elecciones de septiembre de 1937 y ministro de Hacienda de Justo), el presidente concedió un préstamo de más de millón y medio de pesos para construir el nuevo estadio de Boca.
El 18 de febrero, dos días antes solo de entregar el poder, Agustín P. Justo puso la primera piedra: de La Bombonera.