Enzo Pérez, de vivir en un garage a ser el emblema de River
Esta es la historia de Enzo Pérez el emblema del River de Martín Demichelis y querido por todos los hinchas de River.
El volante mendocino, es hoy uno de los máximos referentes del equipo de Demichelis, tuvo una infancia marcada por las complicaciones económicas y el esfuerzo de sus padres.
La historia de Enzo Pérez el emblema del River
- Sus compañeros se mueven tranquilos en la cancha. Saben que cada vez que el rival empuje y el partido levante temperatura va a aparecer Enzo Pérez. En el medio de la defensa con el cuchillo entre los dientes o en el círculo central con la pelota escondida debajo de la suela. Ponerle el pecho a las situaciones adversas es algo que de muy chico aprendió el actual emblema de River.
- Más allá de su pasión riverplatense y su sueño de llegar a Primera, Enzo, que comenzó a establecer un vínculo con la pelota en el club Petroleros de El Bermejo, tuvo una infancia complicada. “No fue fácil. Estábamos tres meses en una casa, cuatro meses en otra, éramos nómades. Se terminaba la plata para el alquiler, entonces mi viejo hablaba con algún conocido y le pedía que lo aguantara un tiempo hasta que consiguiera trabajo. Mi viejo era albañil y viste cómo son esos trabajos, ¿no? Una semana tenés, otra no”, expresó hace unos años .
- Y aportó sobre aquellos tiempos de complicaciones económicas y estadías fugaces: “Una vez le dieron una obra grande en un barrio, y ahí vivimos en una buena casa, pero en cuanto terminó la obra, afuera. En una época vivimos en un garage, con los colchones, la mesa, la garrafa para cocinar. Para bañarnos le teníamos que pedir el baño a la gente que vivía en la casa”.
- Al ser el hijo mayor, tenía consciencia de todo lo que pasaba en su familia. Del sacrificio de su papá Carlos para conseguir un poco de plata y de las respuestas de su mamá Miriam a la hora de la cena. “Lo tengo todo muy grabado en la cabeza. Quizá mis hermanos al ser más chicos no se daban cuenta tanto. Yo vi cuando mi viejo fue a vender la alianza de casamiento para comprar comida o recuerdo haber ido a buscar a mi vieja a su habitación para que viniera a comer con nosotros, y que me contestara que no tenía hambre, o cualquier otra excusa, para no sacarnos comida a nosotros”, relató el ídolo de River.
- Las fiestas no siempre fueron sinónimo de alegría en su familia. “Por ahí pasaban los cumpleaños y no los podíamos festejar. Cerca de casa había una panadería: íbamos sin vergüenza a pedir que nos dieran lo que sobraba para tener algo más sobre la mesa”.
- Mientras tanto, se refugiaba en la pelota y seguía tallando su juego en las inferiores de Deportivo Maipú y en las calles de su barrio. Su madre solamente lo dejaba ir a entrenar después de que merendara y completara las tareas de la Escuela Antártida Argentina.
- Sin embargo, a la edad de 16, Enzo debutó en la Primera del Botellero y tomó una decisión: abandonó los estudios y se dedicó de lleno al fútbol. Sabía que tenía en sus pies la posibilidad de darle a su familia un futuro mejor. Y así fue. Daniel Oldrá, voz autorizada en Godoy Cruz, lo vio en un selectivo de jóvenes de la región y se lo llevó al Tomba, donde comenzó a escribir las primeras páginas de su historia.
- Temporadas más tarde se consolidó en el primer equipo, logró el ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino y no frenó más: incorporación a Estudiantes, primer título local y Copa Libertadores (horas antes de la consagración en Brasil fue padre por primera vez), enseñanzas de Alejandro Sabella, salto a Europa, gloria y respeto en Benfica, Selección Argentina, subcampeonato mundial y protagonismo en Valencia.
- Pero aún quedaba una asignatura pendiente en su carrera. Es por eso que no titubeó ni un segundo cuando Marcelo Gallardo y Francescoli se contactaron con él a mediados de 2017. Metió presión para que lo liberen en España y se sumó a River, sin imaginar todo lo que lograría tiempo después.
- Su ciclo de gloria en el Millonario puede traducirse en los títulos que conquistó, como la Supercopa Argentina y la Copa Libertadores 2018, ambas frente a Boca; o en su rol de líder positivo y su sentido de pertenencia: Enzo es el alma del equipo del Muñeco, pero también si lo necesitan puede ser arquero de emergencia (como sucedió contra Independiente Santa Fe), defensor central o hasta una referencia en la creación y en el ataque.
- “Jugar en River es mi sueño y el de mi familia”, aseguró en su presentación hace ya varios calendarios. No obstante, es una frase que hasta el día de hoy repite al final de los partidos el hombre que se ganó la ovación del Monumental y un lugar entre los máximos ídolos de la institución.
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